Vida Sana

¡No hagas dieta!

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El verano ya está aquí y nos tientan con todo tipo de dietas para que nos pongamos guapos de cara al verano.
También leo que, al parecer, el 97% de las personas que intentan perder peso fracasan en su intento.
Si lees este artículo, sabrás la causa de tanto fracaso y por qué no debes hacer dieta.

 

Os voy a contar un chiste que se contaba en las clases de Teoría de la Comunicación para explicar el concepto de contexto:

Un par de policias encuentran un pingüino por la calle. Sin saber qué hacer con él, lo llevan a la comisaría.
El comisario les dice:

- Llevenlo al zoo

Seis horas más tarde, los policías llegan de nuevo a la comisaría acompañados por el pingüino.

- No les dije que lo llevaran al zoo -Preguntó el comisario enfadado.

- Eso hemos hecho. -contestaron los policías- Y se ha divertido muchísimo. Solicitamos permiso para llevarlo al cine.

El chiste es gracioso porque todo el mundo puede ver que los policías han manejado el concepto "zoo" en un contexto erróneo. Esto es así según la teoría conductista de la comunicación, un estructuralista opondría serios reparos a esta explicación. De hecho, los estructuralistas son unos tipos muy serios, dudo que cuenten chistes y mucho más que los expliquen.

En fin, que me pierdo. La cosa está en esto:

Para los policías:

Zoo = Lugar de diversión.

Para el comisario:

Zoo = Lugar donde guardan animales.


Hilvanando con el propósito del escrito, manejaremos aquí dos contextos para dieta.

Dieta = Conjunto de comida terriblemente insípida en el mejor de los casos, y francamente mala en el peor de los casos con el que pretendo perder peso y las ganas de vivir.

Dieta = Conjunto de hábitos alimenticios que tiene cada cual.

Espero que sepáis en sentido empleo la palabra dieta, no sea que se produzca alguna situación chistosa.

Pero vamos al turrón: ¿Por qué no debes hacer dieta? Pues porque tu ya sigues una (la tuya). Otra cosa es que esa dieta sea manifiestamente mejorable.

La cosa está en que la dieta forma parte de tus hábitos, de tus costumbres. Si de repente cambias muchas de tus costumbres, es como si te mandaran a Japón  (ese pequeño gran infierno). Es por ello que, a la que puedas, volverás a tus antigüas costumbres, y a tu vieja y descompesada dieta y fracasarás.
Si quieres perder peso de forma consistente, tendrás que hacer algunos cambios permanentes en tu dieta, es decir, en tus costumbres.

La buena noticia es que el ser humano es muy adaptable y puedes adoptar cualquier costumbre que desees. Dicen los expertos que se tarda unos 20 días en adoptar una nueva costumbre. Así que es bien fácil: haz aquello que quieras hacer, répitelo durante el tiempo suficiente, y serás el afortunado poseedor de una nueva costumbre con la que te sentirás tan agusto. Be water, my friend. También dicen que no es conveniente cambiar muchas costumbres a la vez, no más de una a la semana.

Y a efectos prácticos ¿Cómo se come esto? Pues quizá puedes cambiar la manera en que haces una de tus comidas diarias. Cuando te sientas conforme con tu nueva costumbre, varías otra de tus comidas... Así hasta que consigas llevar una dieta saludable.
 
Otra curiosidad acerca de las costumbres: implantar una costumbre negativa es prácticamente imposible. Si intentas acostumbrarte a no hacer loQueSea, fracasarás. La costumbre a implantar debe ser positiva, de hacer algo, no de no hacer algo. Por alguna razón nuestro cerebro se niega a esas cosas, y si no, que se lo cuenten a Adán y Eva.

Yo esto lo he probado y he triunfado allí donde sólo obtuve aplastantes fracasos. Por ejemplo, deseaba obtener algún tiempo extra del día para dedicarlo a mis aburridísimas lecturas, e hice el propósito de ver menos televisión. Fracaso. De hecho, yo creo que vi más tele que nunca. Triunfar fue tan fácil como coger los libros en lugar de encender la tele. Hasta ahora. Ningún problema.

Otro ejemplo, intentando mejorar mi dieta hice propósito de no comer bollos en la merienda. Fracaso. Cambio de costumbre: comer fruta en la merienda. Ahora no como bollos (están acorralados en el desayuno). Sin problemas. Hasta ahora.

Las claves de una buena dieta


Llevar una dieta saludable no es ningún secreto, en realidad todos lo sabemos. Consiste básicamente en comer equilibradamente en las cantidades adecuadas.
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Lo de comer equilibradamente, es fácil. Basta con seguir las recomendaciones de cualquier pirámide alimentaria. No descuidar el aspecto de las veces que tomamos algo. Me explico: Mucha gente tiende a interpretar que la pirámide indica que hay que tomar más verdura que carne. Es cierto, pero es más un tema de ocasionalidad que de cantidad. Por ejemplo, los embutidos sólo deben consumirse una o dos veces en semana, mientras que frutas y verduras deben consumirse cada día.

Lo de las cantidades, ya es más difuso y más confuso. Se habla de "raciones" pero, ¿Qué es una ración? Pues depende del alimento. Si no queremos volvernos locos, lo mejor es seguir unas normas generales.

Una ración de lo que sea, no debe ser mayor que el volumen de tu puño cerrado.
Un filete (carne o pescado) en extensión, no debe superar la superficie de la palma de tu mano (sin contar los dedos)

Una cosa es que no haya que contar calorías y otra que las calorías no cuenten. En general se recomienda no superar las 600 calorías en una sola comida y comer de cinco a seis veces diarias. (Por supuesto no todas de 600 calorías, que entonces te pondras gocho...) Por ejemplo, 1 comida principal de 600 calorías y otras 5 de 300 hacen 2.100 calorías que para un tipo fortachón como tú se hacen casi escasas...

Veamos un ejemplo de lo que sería una comida con estas premisas:

El pan que te tomes en esta comida no debe superar el volumen de tu puño.

De primero, unos deliciosos guisantes con jamón. Si los amontonas en el plato, ves que no superan el volumen de tu puño.
De segundo, un filetico de pescado con ensalada. El tamaño del filete no debe superar el de la palma de tu mano y la ensalada con que lo acompañas, el volumen de tu puño.
De postre, una pieza de fruta, y a correr...

Yo que soy (o era) de comer, con estas cantidades, la primera semana acababa de comer con más hambre de la empezaba, pero te acostumbras rápido y tiene el beneficio inmediato de que no te sientes pesado después de comer; cosa que particularmente agradezco mucho.

 

Vía: teneruncuerpazo.com 

 

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